jueves, 24 de febrero de 2022

Discurso de Herberto Rodríguez Regordosa (24 de Febrero de 2022)

 “De camino sentí una especie de desazón inexplicable, una tristeza intensa, un dolor que casi me hacía estallar el corazón. Una vez llegué a casa, lancé el manuscrito a la mesa con un movimiento brusco y me quedé ahí, delante de él, hundido en pensamientos. Al chocar con la mesa, el libro se había abierto; mis ojos fueron a parar, no sé bien cómo, a una página abierta ante mí. Y leí: “Va, pensiero sull’ali dorate (…)”- Verdi-


Estimados miembros del Patronato de la Fundación Mary Street Jenkins,   Fundación de las Américas Puebla, a su Presidenta Margarita Jenkins de Landa y a su Consejo Empresarial.

Estimada Rectora Dra. Cecilia Anaya Barrientos.

Queridos alumnos, profesores, personal administrativo y de operaciones.

Estimados Egresados, Padres de familia, diputados, senadores, amigos presidentes de organismos empresariales e integrantes de la sociedad civil.

Amigos de los medios de comunicación.


Así se expresaba Verdi cuando recibió  de Temistocle Solera, el guión de la Ópera Nabucco, una de sus obras más geniales. Mientras hacíamos ayer la antesala en la entrada principal de la universidad, para que nuestra Rectora y su equipo pudieran recibir el campus con integridad y seguridad, un coro integrado por miembros de la comunidad, cantaba el coro del tercer acto, basado en el Salmo 137, en las que los esclavos cantan con añoranza, la historia del exilio hebreo en Babilonia, después de la destrucción del templo de Jerusalén; este coro eventualmente se convirtió en el himno honorífico de los patriotas italianos, quienes buscaban la unidad nacional y la soberanía frente al dominio austríaco. El “Coro de los hebreos cautivos”, en en síntesis, un canto a la libertad; hoy nuestro campus de la UDLAP es ¡libre!; y lo es gracias a todos ustedes, que no solo cantaron, sino que se apostaron en cuerpo y alma, para estar hoy aquí celebrando este momento.

El Estado de Puebla, con más de 320 mil alumnos en educación superior, se ha convertido en un foco de cultura para México, para Hispanoamérica y con ella para el mundo; pero esto no ha sido fruto de la casualidad; Puebla fue la única ciudad de la Nueva españa que tuvo el privilegio de contar con dos Colegios Mayores: El Colegio de San Ildefonso y  El Colegio del Espíritu Santo, instituciones que formaban parte del proceso educativo  establecido por los jesuitas y donde se impartía una educación universitaria que en nada envidiaba a la impartida en ese entonce en Europa.

El Colegio del Espíritu Santo, logró sobrevivir y adaptarse a momentos de mucha tribulación durante la Independencia y la Revolución, para eventualmente convertirse en los cimientos de la Universidad de Puebla que surgiría en el siglo XX todavía con dependencia gubernamental.  Posteriormente el Movimiento por la Autonomía  Universitaria impulsado por estudiantes, académicos y sociedad en general de los años 50s, los movimientos estudiantiles de los 60s y 70s que no aceptaron la imposición de ideologías, como la oposición vivida en la UDLAP  en contra de ideas tercermundistas; eventualmente permitieron el nacimiento de universidades e instituciones, tanto públicas como privadas, que encontraron en la autonomía, en la libertad de cátedra y de gestión, la posibilidad de trabajar acorde a su esencia y a sus misiones particulares. Las familias respondieron enviando a sus hijos a estudiar con la promesa de abrirse camino en la vida a través de una profesión y las empresas y la sociedad respondieron atrayendo y apoyando a todo este talento, para crear mucha prosperidad.

Los estudiantes, profesores, personal, la Rectora y su equipo, los padres de familia, los miembros de los patronatos, los egresados, los organismos empresariales, los actores políticos comprometidos y  la sociedad en general, hemos sido dignos herederos de este legado de Autonomía Universitaria. 

Ante el intento de un cartel espurio de apoderarse de nuestra institución, primero vino un marasmo general ante la incredulidad de  que tal atentado a la libertad  estuviera realmente sucediendo. Después,  la comunidad de la UDLAP empezó a conectarse, a organizarse, a crear colectivos, a crear nodos, a impulsar liderazgos formales e informales, a hablar de manera organizada con actores relevantes de la sociedad y de la política, a sumar voluntades nacionales e internacionales, a sacar comunicados y desplegados para mantener a la opinión pública informada, a usar inteligentemente las redes sociales, a ser meticulosos en la defensa legal, a organizar marchas y plantones que fueron nota nacional; aprendimos sobre todo como comunidad a resistir, a aguantar, a aprender a sufrir con sentido, “al padecer, valor”  dice la frase final el “Coro de los Hebreos Cautivos. Aunque hubo tensiones y desencuentros, nunca se perdió la unidad y prevaleció el interés por el bien común.

Es cierto que mucho perdió la comunidad en estos 240 días, pero creo que mucho más se ganó; hoy la UDLAP sigue siendo la misma, pero también es distinta, es mucho mejor; su DNA se enriquece cuando se defiende valientemente una causa. Los pedagogos hablan siempre del “currículum oculto” en el que tratan de describir todo aquello que la comunidad vive y que no queda explícito cuando elaboramos el currículum oficial y nuestros planes de estudio. Lo que los alumnos junto con sus profesores, Rectora, personal, padres de familia, egresados y sociedad, hemos vivido en estos meses, lo llevaremos siempre en nuestro pensamiento y en nuestro corazón. Aprendimos todos, el valor real de una comunidad, de una institución y el por qué hay batallas que vale  la pena librarlas y con las cuáles comprometerse. Aprendimos que la Universidad es encuentro, debate, búsqueda de la verdad, el  bien, la bondad y la justicia; y aunque vivimos estos meses virtualmente, el ansia de recuperar el campus, como el alma que necesita su cuerpo, nos movió a la acción.

Nos toca  ahora a todos ser mejores, corrijo, ser excelentes, mejores no nos basta. Nuestros jardineros deben ser excelentes para devolverle la belleza al campus para que florezca en esta primavera; el personal de mantenimiento tiene que ser excelente para poner a nuestras instalaciones nuevamente a funcionar y a brillar; nuestra Rectora y su equipo, tienen que ser excelente en liderar y comunicar los planes para reconstruir el prestigio de nuestra institución y regresar la vida al campus; los alumnos tienen que ser excelentes en sus estudios y en colaborar en todo aquello a lo que se les llame; los profesores deben ser excelentes en sus clases, que nunca dejaron de dar, y convertirse en verdaderos mentores de vida; los egresados y padres de familia, excelentes en renovar su compromiso con la institución, en animar a otros a que se inscriban para que se logre este otoño, una enorme matrícula de nuevo ingreso; los empresarios y la sociedad, debemos ser excelentes en ofrecer oportunidades a los alumnos en proceso de graduación, para emprender, para colaborar con nosotros e impulsar sus carreras. Los actores políticos deben ser excelentes para proponer modificaciones a las leyes y reglamentos, para que en Puebla cuidemos a nuestras fundaciones y para que se respete el Estado de Derecho; los medios de comunicación deben de ser excelentes en comunicar con asertividad y objetividad. Los miembros de los patronatos tienen que ser excelentes en asegurar que su dueñez, que está hipotecada socialmente, garantice la gobernanza de largo plazo, proteja a la comunidad en el futuro y que permita a la institución cumplir sus mejores fines; “es bendito el que posee”.

En esta UDLAP floreciente que hoy nos convoca, sólo cabe la excelencia; es nuestra mejor oportunidad para crecer, servir y ser felices en este camino y en estos tiempos tan interesantes. Disfrutemos hoy este día, se lo han ganado a pulso;  nos lo han hecho ganar a todos;  muchas felicidades.

¡Que viva la UDLAP libre!

Herberto Rodríguez Regordosa




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